Orientación Posterior a la Vacuna
Existen recomendaciones detalladas para que los proveedores de atención médica se protejan por medio del uso de tipos especiales de mascarillas y otros equipos.
Usamos cubrebocas para ayudar a frenar la propagación de COVID-19. Los cubrebocas nos ayudan a detener nuestras gotas respiratorias, lo que significa que las personas que los utilizan previenen la propagación del virus a los demás. Algunas personas pueden contagiar a los demás antes de sentir algún síntoma y otras nunca se sienten enfermas. Usted puede propagar la enfermedad sin saberlo. Una vez que usted tenga una infección viral, usar un cubrebocas no lo pondrá peor, ni hará que la enfermedad dure más tiempo. Sin embargo, le ayuda a evitar que propague la enfermedad, o que se la pase a los demás.
Hay muchos tipos de cubrebocas, bufandas, bandanas, y cubrebocas caseros con lazos que se ajustan en las orejas. Asegúrese de que el cubrebocas se ajuste bien y que cubra la nariz y la boca. Lávese las manos antes y después de tocar el cubrebocas y lávelo diariamente.
Los cubrebocas no causan la acumulación de suficiente dióxido de carbono como para poder causar efectos nocivos en las personas sanas. De hecho, las mascarillas tienen un sello más estrecho que los cubrebocas, y los trabajadores agrícolas, el personal de conserjería y los empleados de hospitales las utilizan para mantenerse seguros en sus lugares de trabajo.
Recuerde, sin embargo, que las siguientes personas no deben usar cubrebocas:
• Niños menores de 2 años
• Toda persona que tenga una condición médica que le dificulte respirar al usar un cubrebocas.
• Toda persona que tenga una discapacidad que impida que use un cubrebocas.